Italia, país de santos, poetas, marineros y… productores de «máquinas expendedoras», según Confida, la asociación italiana de máquinas expendedoras: el 65% de la producción mundial tiene su origen en Italia, lo que nos convierte en el líder absoluto «urbi et orbi» de este sector de productos.

Confirmando, sin embargo, el dicho que nos recuerda que «nemo propheta in patria», a pesar de nuestras 800 mil máquinas expendedoras que durante 2016 dispensaron la belleza de más de 5 mil millones de productos, somos unos amateurs comparados con países como Japón donde una población de menos de 130 millones de personas comparte el privilegio de acceder a 5,6 millones de máquinas expendedoras, con una media calculada de 1 máquina cada 23 personas.

¿Cuáles son, según Harrison Jacobs (autor del post en Business Insider) los principales factores que decretan el éxito de esta forma de distribución en el País del Sol Naciente?

  • El alto coste de la mano de obra
  • Alta densidad de población
  • El bajo índice de criminalidad
  • La alta difusión del efectivo
  • Una sincera pasión por la automatización

Es bien sabido que las máquinas expendedoras son a Japón lo que las pizzerías a Italia, pero lo que mucha gente no sabe es que, si no cambian las tendencias de aquí a 2020, otro país será el que tenga el mayor número de máquinas expendedoras, tanto en términos absolutos como per cápita: China, donde están previstas algo así como 138 millones de máquinas expendedoras. En la práctica, si estuvieran en Italia, tendríamos más de 2 por cabeza (incluidos los niños).

No es el caso y en Italia, como ya hemos mencionado, el número de máquinas se detiene por el momento en 800.000 unidades, una cifra todavía considerable en Europa, donde este recurso de distribución no está tan extendido como en otras zonas del mundo.

La distribución de máquinas expendedoras en relación con la población en Italia, Japón y China: en Italia hay una cada 74 habitantes, mientras que pronto Pekín tendrá una cada 10 personas.

Si hasta ahora los protagonistas han sido las máquinas expendedoras de bebidas (las clásicas «máquinas de café») y los snacks, cada vez son más las categorías de bienes que se distribuyen a través de máquinas expendedoras, cada vez más evolucionadas gracias a las tecnologías IoT (Internet of Things).

Así, es fácil encontrar artículos de electrónica de consumo en distribuidores especiales en el aeropuerto, o toparse con auténticas minitiendas monomarca en los pasillos de los centros comerciales.

El uso de máquinas expendedoras por parte de los comercios tradicionales es uno de los avances con mayor potencial: gracias a este recurso, una tienda de instrumentos musicales de Melbourne ha puesto a disposición de los músicos cuerdas, púas y otros artículos útiles las 24 horas del día. El comerciante puede así estar cerca de sus clientes en un momento de necesidad, ofreciendo un servicio de calidad que le ayuda a establecer un vínculo más fuerte con los músicos de la zona.

Gracias a las crecientes funciones interactivas y de interconexión a internet de las máquinas expendedoras inteligentes (para los que quieran saber más, escribimos sobre ello en otro post) la calidad del servicio y la experiencia de contacto o compra sólo pueden mejorar, aportando beneficios no sólo económicos a la marca que utiliza estos dispositivos.

En los próximos años, gracias a las ventajas de esta opción de distribución, veremos cada vez más máquinas expendedoras… o incluso «grandes máquinas»: tomemos como ejemplo esta máquina expendedora recientemente instalada en Singapur que ofrece Ferrari, Lamborghini y otros coches de lujo: ¡tiene 15 pisos de altura!

No es casualidad que hayamos mencionado dos marcas de automóviles italianas reconocidas en todo el mundo por su calidad: para empresas como la nuestra, se trata de un surco bien pisado que nos desafía a hacer lo mismo y, si es posible, mejor, manteniéndonos dentro de nuestro ámbito de actividad.